Satisfacción

Si esto sirve para algo

Si esto otro se cumple





Y esta es ya una realidad


Entonces el mundo no está tan mal




Sesenta y cinco


¿Y sino qué?

A veces hablo mucho, como casi todos. Soy una persona sociable, siempre lo fui y siempre disfruté de serlo. Soy capaz de ponerme a hablar con desconocidos si me entusiasma la charla y también soy capaz de enredarme en las tonterías más absurdas si a cambio de eso me quedo con cualquier tipo de sensación positiva.

Desde muy pequeñita, por ese carácter y también porque mi aspecto (tan menudita ella), me hacía parecer menor de lo que era en realidad, oía comentarios referidos a esta ¿cualidad?, del tipo del que hacen las señoras de barrio: "¡qué despierta!", "¡qué charlatana!", "¡qué pico tiene!".

Claro que también escuchaba. Se puede ser charlatán y no perder la capacidad de escucha, sobre todo cuando hablan de nosotros. Recuerdo otras voces como la del pediatra, que me animaba a dedicarme a la política, o la del dentista, que me sufrió desde los tres años porque tenía más dientes que espacio para contenerlos y puedo asegurar que le costaba mucho mantenerme callada.

En la escuela siempre estaba en medio de todo lo que pasaba, como una más. Nunca fui el centro, pero tampoco nunca me perdí nada que me importara: no hubo centro de estudiantes, comisiones varias y asambleas en donde no dijera lo que pensaba ni acto escolar en el que no participara, organizando, planificando, trabajando. Siendo parte.

Y siempre me sentí orgullosa de ser así, no me siento obligada a tener que decir sólo cosas inteligentes, o sólo las justas, o sólo una vez. El vicio de repetir vino primero con la escuela y se afianzó con la maternidad pero creo que es algo normal; a veces se me va la mano, tampoco es tan grave.

Pero además, ser así me trajo muchísimas satisfacciones: reconocimiento, cariño, amistades fuertes y duraderas, alegrías, compañía, facilidad para relacionarme, experiencias, anécdotas para compartir.

Por algo quise estudiar "comunicación social", pero por esas cosas de la vida la carrera se perdió dentro de la mochila de los "sueños rotos". Cuento esto con total ausencia de dramatismo porque el profesorado de primaria me dio todo y más de lo que podía esperar profesional, humana y afectivamente de un trabajo.

Por eso cuando leí: "Cuando hables procura que tus palabras superen la sabiduría del silencio", me dí cuenta del tremendo grado de estupidez de algunos proverbios.

Quizás yo no tenga la estatura intelectual apropiada para comprender la profundidad de esta...cómo definirla... ¿afirmación?, ¿consejo?, ¿recomendación?, ¿sugerencia?, ¿opinión?, ¿premisa???????????. Pero después de comprobar con y sin diván y durante suficiente tiempo el incuestionable poder sanador de la palabra, aprendí que en este increíble parque de atracciones que es la vida, en el juego de la comunicación la entrada es apta para todo púbico, libre y grauita.






4951

Apenas un número, el de seguidora del grupo de Facebook "Regalo para Gustavo", al que me acabo de unir después de leer la iniciativa que propusieron para acompañar a Gustavo Cerati en el día de su cumpleaños número 52: escuchar todos juntos a la misma hora una canción suya.

Entrando en el link primero hay que clickear en "me gusta" para unirse al grupo y una vez allí votar por una canción.

Pero llegué tarde y la canción ya estaba elegida: "Puente". No podría estar más de acuerdo así que voté igual. La hora pactada son las 20:15 de Argentina con lo cual es más que probable que me encuentre dormida, así que me adelanto y empiezo en este mismo momento.

Ojalá la energía sumada de todos sus seguidores, de todos los que nos conmovemos con su voz, sus letras y su música desde hace tanto, llegue a su corazón y a su cerebro para que sienta que sigue entre nosotros.





Hoy te busque
en la rima que duerme
con todas las palabras.

Si algo calle
es porque entendi todo,
menos la distancia.

Desordene
atomos tuyos
para hacerte aparecer.

Un dia mas, un dia mas.

Arriba el sol,
abajo el reflejo
de como estalla mi alma.

Ya estas aqui.
Y el paso que dimos
es causa y es efecto.

Cruza al amor.
Yo cruzare los dedos...

...Y, gracias por venir.
¡Gracias, porvenir!

Adorable puente
se ha creado entre los dos.

Cruza al amor.
Yo cruzare los dedos...

...Y, gracias por venir.
¡Gracias, porvenir! (Bis)

Adorable puente...

Cruza al amor...
...cruza al amor por el puente.

Usa al amor...
Usa al amor como un puente.

Gracias totales!!!


A la vida porque...
Saludo a Elisa, mi amiga de la infancia, por mail y me contesta al toque.
Hace 47 años que nos conocemos y nuestros hijos son amigos: Felicidad total.

Y aunque durante muchos años hayamos estado construyendo nuestras vidas por separado está claro que hay lazos que siguen tan firmes como el árbol de la esquina.

Psicopolítica o la maldición de Casandra

Por suerte hay gente que mantiene las ideas claras, al contrario de otros que nunca supieron o ya se olvidaron de carlos, los patacones y el trueque.

Los futurólogos negros traen suerte, por Orlando Barone



Entre las maldiciones que desde el oráculo mediático se anuncian, figura la inflación galopante. Tema que los tienta, más que la nostalgia del celo a las gatas castradas.
Quienes predecían un verano sin consumo, sin turismo, sin electricidad y sin combustible- y fallaron las varias profecías- ahora para tratar de reivindicarse empiezan a augurar el descontrol de los precios. Desde consultoras, cámaras y corporaciones, muy interesadas en que la hecatombe se cumpla, especulan que a tamaño éxito del verano -que no se bancan y los hace retorcer de impotencia- sobrevendrán consecuencias sombrías. Otra vez la cantinela de que para comer un bife de chorizo habrá que ser rico. Otra vez las predicciones acerca de que tanto consumo no se condice con no sé que tabla de la lógica de oferta y de demanda, y otra vez a consultar a los fabricantes del Viagra para que hablen mal del chancho y no les haga competencia.
Y así se suman los heraldos negros de la profecía repartiendo maldiciones. Cuentan con la colaboración estúpida de muchos (y no pocos) heralditos útiles idiotas de los medios, repitiendo el sonsonete del infortunio que se viene. Y colaboran en la difusión de vaticinios miles de Mirtha Legrand, y de Mesas de Enlace vocacionales, adiestradas en predecir vacas y cereales que se extinguen, a la par que el presente lo disfrutan a molleja y ojo de bife.
Cómo fatigan el futuro para encontrar inminentes desastres. Apenas el Gobierno legitima índices favorables, los tergiversan o los subvierten. Y no bien mejoran el empleo y la producción y la demanda, salen los augures a escupir el asado. Cuanto más lo escupen más rico sale. Que sigan augurando y equivocándose.
Cada profecía oscura que adelantan nunca se cumple. Así que hay que celebrarlas a favor y no en contra. Lo que ellos vaticinan peor, es justamente lo que mejora.
En la antigüedad, a la diosa griega Casandra, experta en profecías, la condenaron a que siguiera profetizando pero sin acertar una. Auguraba sin sentido. Al cohete. Casandra abría la boca y era como nada. Su destino fue anticipar desastres que jamás se cumplían.
Entonces los ciudadanos griegos, ya avivados de la chantada, cada vez que les auspiciaban catástrofes esperaban prosperidades. Con el tiempo se acostumbraron a oír los malos augurios como augurios felices. Igual nosotros.

Mafalda tiene razón

Mafalda .... A los 50 somos ricos !!!! ja ja ja







Plata en los cabellos.
Oro en los dientes.
Piedras en los riñones.
Azúcar en la sangre
Plomo en los pies.
Hierro en las articulaciones.
Y una fuente inagotable de Gas Natural.

¡¡¡¡Nunca se pensó que a partir de los 50

se pudiera llegar a tener

tanta riqueza!!!!